Y porque en la ensalada echan muchas
yerbas diferentes, carnes saladas, pescados,
azeytunas, conservas, confituras, yemas
de huevos, flor de borraja, grageas y de
mucha diversidad de cosas se haze un plato,
llamaron ensaladas un genero de canciones
que tienen diversos metros, y son como
centones, recogidos de diversos Autores.
Éstas componen los Maestros de Capilla,
para celebrar las fiestas de la Natividad; y
tenemos de los Autores antiguos muchas y
muy buenas, como el molino, la bomba, el
fuego, la justa, el chilindron &c.
Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua
castellana o española, Madrid, 1611
Joseph Ruiz Samaniego (?-1670), Jácara a la Navidad Oigan en breve ensalada, La vida es sueño..., Los Músicos de su Alteza, Luis Antonio Gonzalez
Oigan en breve ensalada
una jácara travada
sin afán y sin traxedias
de títulos de comedias.
Erase una Virgen pura
casada por ventura
con Joseph otro que tal,
cada uno con su igual,
escogida para ser
la más constante mujer
y madre del mejor hijo
quando un ángel solo dixo,
sin saber cómo ni cuándo,
Joseph hablóme en entrado,
sin conocer el empeño,
era un zeloso extremeño,
pues por todo aquel contorno
por el sótano y el tono
sus zelos averiguava,
mas mejor está que estava,
siempre ayuda la verdad,
amor, fineza y lealtad
halló en la Rosa más pura
la más hidalga hermosura
la más noble serrana.
Mas ya del parto sercana
por aquellos horizontes
el príncipe de los montes
a buscar posada va,
no la halló allá se verá
con que quedaron al yelo
los dos amantes del cielo,
las pajas traen de una haya,
hombre pobre todo es traza,
no hicieron tal diligencia
los médices de florencia,
mas con la nieve en la boca
cada cual lo que le toca
hizo con fe y esperanza
sólo en Dios la confianza
tienen y dizen los dos,
obrar bien que Dios es Dios.
I acercándose a Belén,
amar sin saber a quien,
comensaron los pastores,
no son todos ruiseñores,
que ángeles hay en el nido,
el príncipe perseguido
y el amor enamorado
nació allí, a ser adorado
en un portal sin cubiertas
halló casa con dos puertas
pero con muchas ventanas,
las vísperas sicilianas
quiso el Rey Herodes dalle
a un tiempo Rey y vasallo
vio en la nieve que con franca
el guante de doña Blanca
entre la muia y el buey
como padre y como rey
quiso con sus niñas bellas
oponerse a las estrellas
la Rosa de Alejandría,
mañana será otro día,
dixo al verle sin abrigo
no hay amigo para amigo
porque en mí se ha de cumplir
reynar después de morir,
pues me hize hombre
La culpa del primer hombre
fue causa de aqueste paso
los empeños de un acaso
le han puesto en estos aprietos
de una causa dos efectos
verá el mundo que en un leño
tendrá por desventura
la cuna en la sepultura
porque al fin la vida es sueño.
Francisco Valles (o Valdés)
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